WIMBLEDON 2012: Federer derrota a Murray (Final)

El suizo Roger Federer conquistó su séptimo Wimbledon y se alzó como nuevo número uno del tenis mundial al vencer en la final al escocés Andy Murray, por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4, en tres horas y 24 minutos.

Desde antes de la Segunda Guerra Mundial, Wimbledon no había visto a un británico tan cerca del título, pero Murray se desmoronó tras ganar el primer set ante la perfección estilística de un Federer que igualó al estadounidense Pete Sampras como el hombre que más veces se ha impuesto en este torneo en la Era Open.

El suizo, además, compartirá con Sampras a partir de este lunes, cuando se actualice el ránking de la ATP, el récord de 286 semanas como número uno del mundo, que podrá ampliar incluso.

Arropado por los 15.000 espectadores que llenaban la pista central, Murray saltó a la hierba dispuesto a revolucionar el orden establecido y se impuso al resto en el primer juego ante un Federer condenado a remar a contracorriente en el primer tramo de su octava final de Wimbledon (más que ningún otro jugador en la historia).

Con gesto sombrío, Federer, rígido en los primeros compases, fallaba demasiados primeros servicios y veía cómo el escocés, lejos de sentirse presionado por las exigencias del público local, cometía menos errores no forzados y colocaba más saques directos. Bajo la atenta mirada de la princesa Catalina y del primer ministro británico, David Cameron, que brindaban su apoyo a Murray desde el palco de autoridades, el escocés demostraba desde el primer minuto su compromiso por dar al Reino Unido su tan ansiado título de Wimbledon, que ganó por última vez en 1936 un británico, el inglés Fred Perry.

La espectación era tal que, desde primera hora de hoy, ondeaba la bandera escocesa en Downing Street, la residencia del primer ministro británico. Lo que se le pedía al héroe local, sin embargo, no era sencillo, pues solo un tenista se ha impuesto hasta ahora a Federer en la final de Wimbledon, el español Rafael Nadal, una gesta en la que el mallorquín invirtió casi cinco horas en 2008.

Aún así, Murray conocía perfectamente lo que es imponerse a un tenista que ya acumula 17 grandes torneos en su palmarés, dado que lo ha hecho en casi la mitad de las ocasiones en las que se han enfrentado (ocho victorias Federer por siete el británico, sin contar la final de hoy). El camino se antojaba cuesta abajo para Murray cuando la central, silenciosa como un teatro durante el juego, estalló en aplausos al tiempo que el juez de silla, el español Enric Molina, otorgaba el primer set a Murray por 6-4 tras casi una hora de juego.

El suizo veía cómo aquellas bolas que en la semifinal contra el serbio Novak Djokovic había logrado colocar en la línea, quedaban esta vez algo largas o se atascaban en la red. Murray, sin embargo, no desconfió lo suficiente de Federer, un nombre preeminente en la historia del tenis moderno que, a sus casi 31 años, parece aún lejos de haber levantado su último trofeo.

El segundo set se le escapó al escocés tras exhibir durante 54 minutos un tenis vehemente que no le bastó para superar a un Federer, ahora sí, encendido y con las riendas de la final empuñadas. El sexto juego de la tercera manga fue el punto de inflexión que desquició definitivamente a Murray: Con 0-40 en contra, el suizo se obcecó en remontar ese juego al resto, y se lo adjudicó, tras una batalla de 20 minutos, en la sexta bola de rotura.

Bajo el techo de la pista central, tras un parón de 40 minutos por la lluvia, el héroe local se golpeaba la frente con la palma de la mano tras fallar algunas bolas claras, incrédulo ante el giro que había tomado un choque que controló durante una hora, y en el que no supo hallar los recursos para enderezarlo de nuevo.

Ya lanzado, Federer remató en el último set a un escocés vitoreado por el público, pero que no pudo hacer más que dejar paso al suizo en un escenario que ha dominado durante la última década.

ROLAND GARROS 2012: Nadal derrota a Djokovic (Final)

Lo hizo otra vez. Y por séptima ocasión. Histórico. El español Rafael Nadal retuvo la corona de Roland Garros y consiguió el récord mundial de siete títulos en la tradicional arcilla del Abierto de Francia, al imponerse en la final al serbio Novak Djokovic, Nº 1 del mundo, por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 en tres horas y 49 minutos de juego. Así, llegó a su 50ª copa en el circuito. 

Después de dos interrupciones por lluvia, los organizadores de Roland Garros suspendieron el domingo la final masculina para el lunes, con ventaja de Nadal sobre Djokovic por 2-1 en sets. Por el mal tiempo, el partido había quedado con marcador de 6-4, 6-3, 2-6, 1-2 y servicio del serbio, con un quiebre de saque a favor.

En la vuelta al ruedo, el español quebró de arranque el saque de Djokovic, se apuntó tres juegos seguidos y se adelantó 3-2 en el marcador. Nadal parecía implacable, pero las fuerzas se fueron igualando en esta final aplazada, la primera en 31 años, y la lluvia volvió a reclamar protagonismo. El cielo encapotado rompió en agua y a punto estuvo de volverse a interrumpir el encuentro, con 5-4 para Nadal. El drama aumentaba. «Por favor, proteged las bolas», le dijo Nadal al juez árbitro, el sueco Steffan Fransson, que convino con los jugadores esperar un par de minutos con la esperanza de que el sol le ganara la batalla a los chaparrones. 

El mallorquín quería evitar que, como en la víspera, la lluvia hiciera las bolas más pesadas, lastrando el bote de sus tiros. Esas pelotas pesadas habían contribuido en la víspera a que el serbio regresara a un partido que tenía muy cuesta arriba, al ganarle ocho games al hilo al español. 

El cielo se mostró clemente con el tenis, los dos mejores tenistas del mundo reanudaron el duelo y llegaron a 6-5. Nadal no sucumbió a esa presión, que sí pudo con Djokovic. Con una doble falta, el serbio dejó el marcador en un definitivo 7-5. El mallorquín cayó arrodillado, fulminado por el éxito y se fue a buscar el abrazo de los suyos para celebrar que había ganado la 111ª edición de Roland Garros. Había tocado su séptimo cielo. Atrás ya había quedado el abrupto primer acto del día anterior, con un Nadal pletórico que parecía iba a sumar su tercer Grand Slam de París sin ceder un set, como en 2008 y 2010, y en el que la lluvia jugó un papel determinante.

 El mallorquín, como viene siendo habitual en sus sucesivos triunfos en París, saltó a la tribuna para saludar a sus familiares y amigos, incluido el jugador de basquetbol Pau Gasol que, como el año pasado, acudió a animarlo. Y se notó la emoción de todos, con el tío y entrenador Tío llorando, como casi nunca. Nadal recibió el trofeo de los Mosqueteros de manos del sueco Mats Wilander, ganador tres veces en París. En un esfuerzo por conquistar al público francés, el mallorquín pronunció unas palabras de agradecimiento en ese idioma.

 Nadal reconoció que Roland Garros «es un torneo especial» para él y aseguró que, pese a sus siete triunfos, «siempre hay espacio en casa para un trofeo como este». Djokovic lo felicitó y aseguró que volverá «al año que viene» para tratar de sumar el único ‘Major’ que le resta en su carrera. El aguerrido español se adjudicó, además de los siete éxito en parís, dos veces el título de Wimbledon, una corona en el US Open y una en el Abierto de Australia.

Master 1000 Roma : Nadal derrota a Dojokovic (final)

Una vez más, la final de un Masters 1000 se disputó entre los dos grandes rivales del año pasado: Rafael Nadal y Novak Djokovic. Se trata de un partido que ya han jugado muchas veces, por lo que ambos se conocen a la perfección.

Nole empezó haciendo su juego, parado muy cerca de la línea de fondo, tirando a Nadal hacia atrás con su revés cruzado y con su derecha invertida, cargando el juego sobre el drive de Rafa y esperando la bola corta para atacar sobre el revés. Nadal tiene un muy buen drive, pero cubre mucho el lado del revés, por eso Djokovic decidió jugarle hacia ese costado. Desde allí lo fue tirando para atrás hasta buscar un tiro de definición cruzando su disparo hacia el otro lado.

Esa táctica le funcionó bien al serbio hasta el 5-4 del primer set. Durante ese tramo logró imponer su idea, en lo que era un partido parejo de peloteos largos, muy comunes sobre este tipo de superficies. La característica de ese período fue que el número uno del mundo le pegó de arriba hacia abajo con su revés y rafa levantó más la pelota.

Llegaron al 5-5, Rafa corría todas y traía grandes pelotas. Llegó a ponerse break point, y a ganar ese punto después de un intercambio con dos jugadores en la red. En el 6-5, el español logró errar el set con gran autoridad, atacando con su drive y jugando con total decisión, algo que le había faltado en algunas finales el año pasado.

Lo importante es que Nadal no paró de defender pelotas casi imposibles. Varió muy bien los efectos con el revés y la altura con su drive. Y si Djokovic no está del todo derecho en las definiciones cuando eso sucede, empieza a frustrarse. Cuando Nadal sintió que la confianza de su oponente no era la misma, aprovechó para ponerse más sólido: después de llevarse el primer set, salió a jugar mejor las devoluciones y a jugar pelotas más largas y más rápidas con su derecha. Con eso pudo romper el saque del serbio en el primer game. Y aunque tuvo que levantar algún 0-40 con su servicio, no cedió el saque en ningún momento.

Al contrario, comenzó a lastimar cada vez más con su drive, sobre todo cuando lograba invertirse y jugar sobre la derecha del serbio, tomando el control de cada punto. Las defensas empezaron a ser contragolpes, y el mallorquín logró quebrar otra vez cuando Djokovic sacaba 3-5.

El servicio del serbio no complicó las devoluciones del español, en tanto que Rafa molestó un poco más de lo normal con su saque, jugando un gran porcentaje de primeros servicios y jugando con muchísima carga de efectos en los segundos saques.

Y aunque uno de los fuertes del español es su defensa, en esta ocasión sobresalió en ese aspecto, llegó mejor parado que nunca a los ataques de Djokovic, leyuó con gran anticipación y ejecutó tiros más largos, obligando a jugar a Djokovic más pelotas de lo acostumbrado o a arriesgar desde más atrás, algo que lo llevó a cometer muchos errores.

Nadal volvió a demostrar sin lugar a dudas que es el rey en cancahas de polvo de ladrillo, y la semana que viene lo veremos disputar «su» torneo: Roland Garros.

Uefa Champios League 2012: Chelsea es el Campeon de Europa

El Chelsea había esperado 107 años para ganar su primera Liga de Campeones, para meterse a la elite europea. Hace cuatro se quedó a un penal de distancia, cuando John Terry falló ante el Manchester United. Ayer la suerte cambió de lado, Didier Drogba revivió a los Blues para el 1-1 y después concretó la pena máxima que los llevó a la gloria con el 4-3, ante el Bayern Múnich y de visitante.

El cuadro de Londres se coronó en el torneo de clubes más importantes del mundo. Roman Abramovich, su dueño multimillonario ha cumplido su mayor deseo. Lo hizo en una temporada convulsa, con cambio de entrenador incluido, donde necesitaba exorcizar sus fantasmas.

En semifinales eliminó al Barcelona, cobrando venganza de lo que le hicieron los culés en 2009; y ayer otra vez con un técnico interino y con un penal para coronarse, no hubo espíritu del Manchester United y Drogba gritó campeón.

El equipo de Roberto di Matteo no será recordado por su futbol. El estratega italiano no cambió el guión del Camp Nou, dos líneas de cuatro delante de Petr Cech, Juan Mata para controlar el balón los pocos segundos en que fuera azul y Drogba correteando a los defensas centrales.

Los locales no pudieron. Ni el apoyo de su gente, ni la posesión de balón, ni tener un penal en tiempo extra para terminar con el partido, ni haber comenzado la tanda decisiva con una ventaja 2-0 les sirvió para alcanzar su quinta Copa de Europa. El cuadro bávaro se va en blanco, subcampeón de la Bundesliga, de la Copa local y de la Champions.

El Bayern se apropió desde el comienzo del partido del balón y del campo mientras que el Chelsea se dedicó a defender. La primera ocasión clara la tuvo Arjen Robben en el minuto 21 tras asociarse con Franck Ribéry y rematar en el área, pero otra de las figuras del partido, Cech, reaccionó y desvió la pelota al poste.

En el 36’, Thomas Müller remató desviado tras recibir un centro de Diego Contento y, en el 42’, fue Mario Gómez quien disparó por arriba.  El Chelsea, mientras tanto, solo llegó una vez en los primeros 45 minutos, con un tiro de Salomon Kalou que contuvo Manuel Neuer, y únicamente en la parte final de la primera parte empezó a intentar hacer algo más en ataque.

En la segunda parte, el Chelsea salió un poco más atrevido, pero el sitio al área inglesa continuó. Lo que ofreció el Chelsea fue cosa de los primeros minutos y luego se volvió el mismo libreto.

En el 83’, el partido pareció terminarse cuando el Bayern abrió el marcador con un cabezazo de Thomas Müller tras un centro de Toni Kroos, pero el Chelsea volvió a mostrar que era el equipo marcado por el destino.

Al 88’, en el primer tiro de esquina a favor del Chelsea a lo largo del partido llegó el empate con un cabezazo de Drogba que obligó a los tiempos extra.

En la prórroga, el Chelsea salió mucho más ofensivo que lo que se había mostrado en los noventa minutos pero, en el 93’, el Bayern tuvo una gran ocasión de irse en ventaja por un penal que señaló el árbitro tras una falta de Drogba a Ribéry. Robben falló el cobro, como le había ocurrido en la definición de la Bundesliga. Además el francés se fue lesionado.

Llegaron los penales y el Bayern logró ventaja; Neuer le detuvo a Juan Mata, pero luego Cech emparejó las cosas al parar el disparo de Olic. En el último lanzamiento, Schweinsteiger estrelló el balón contra el poste y Drogba convirtió el suyo y le dio el título al Chelsea.

Master 1000 Madrid 2012 : Federer derrota a Berdych (Final)

El Masters 1000 de Madrid presentó una superficie nueva y llegaron a la final los dos que más se adaptaron: el checo Thomas Berdych y el mismo gran campeón de siempre, Roger Federer.

La mención al polvo de ladrillo azul es inevitable. El piso generó mucha polémica y no se sabe si lo volverán a utilizar alguna otra vez en el circuito. Además, lo llaman polvo de ladrillo, pero no lo es. En realidad sale de un tabique que es originalmente un ladrillo blanco y luego es teñido de azul. El problema que tuvieron los jugadores -y por eso sus quejas en el transcurso del torneo- es que no se pueden agarrar al piso. Es como una arenilla. Un jugador, normalmente, puede deslizarse medio metro sobre arcilla. En Madrid, en cambio, superaban largamente el metro y medio. Parecía que patinaban en la cancha. No los vi trabarse. Si se trababan, era porque se querían afirmar.

En ese contexto, Berdych logró una buena adaptación porque da pasos cortos y generalmente no desliza. Juega en este tipo de piso como en las canchas rápidas, corre como en las canchas rápidas y prefiere pasar la pelota antes que deslizarse. Por otra parte, se trata de uno de los jugadores que más hace correr la bola: le pega completamente plano, lo que en esa cancha le permitió jugar un tenis rapidísimo.

El checo sacó bien en la final, y pegó bárbaro la derecha durante todo el torneo. Eso fue fundamental para que pudiera disputarle mano a mano el juego definitorio a Federer. En ese match, tomó la iniciativa durante el primer set y aprovechó un mal aranque del suizo, que parecía desconcentrado, jugaba demasiado hacia arriba y llegó a enganchar la pelota en un par de oportunidades.

Es justo señalar que Roger no tuvo un gran día y eso se notó particularmente en la primera manga. De allí en adelante el suizo levantó su nivel. Para lograrlo, el de Basilea jugó mucho revés con slice -sobre todo en las devoluciones de saque-, se acomodó con la derecha y logró jugar a los lados consiguiendo mejores aperturas. Con eso le quitó los apoyos a Berdych. El checo lastima porque se apoya y tira: si está derecho y suelto sus tiros duelen. Federer le quitó esa posibilidad desde el segundo set.

En ese parcial que comenzó con su remontada, el ganador de 16 Grand Slams subió su porcentaje de primeros saques y logró un quiebre muy temprano que cambió el rumbo del encuentro. Es que, le guste o no le guste la superficie, Federer es el hombre que mejor se adapta en cualquier tipo de cancha. Sobre todo si se trata de una superficie rápida en la que cuesta encontrar cómo afirmarse. Si mañana inventaran una cancha de hielo, el suizo sería el primero en adaptarse. De eso no cabe ninguna duda, porque es el jugador que tiene más recursos técnicos.

En el partido de primera ronda dejó en el camino a Raonic, en un partido durísimo, puramente por sus recursos. Contra Berdych no tuvo que apelar tanto a su técnica, sino a poner la cabeza en los momentos en que dejaba resucitar al contrario. Porque si después de estar 5-3 arriba con el saque, llegas a estar 5-5, es muy difícil ganar el servicio propio y quebrar para ganar un set.

Y Roger volvió a demostrar su temple de campeón en esos momentos tan difíciles: tiene una cabeza inmejorable. Quizá no contó con el foco necesario para cerrar el juego con el 5-3. Pero sí logró el objetivo para volver a romper el saque rival en momentos de definición.

Federer jugó con autoridad y solvencia, y está con una motivación tremenda. Con el título, llegó a ser número dos del mundo. Y si en Roma gana el torneo y Djokovic pierde antes de los cuartos de final, volverá a ser el número uno. Es muy difícil, pero existe esa chance matemática. Si lo logra, superaría otro récord y se confirmaría -una vez más, como si quedaran dudas- como uno de los más grandes hombres de la historia del tenis.